viernes, 18 de mayo de 2012



Podría contarte las historias de mis lunares o tus secretos que me ponen la piel de gallina. Podría decirte dónde tienes que soplar o cómo respirarme, incluso cómo tienes que mirarme para hacerme caer. Cómo ponerme en tensión, cómo hacer que apriete los dientes y morderme los labios hasta doler. Puedo contarte, si quieres, mis secretos. Puedo dejar que respires de mi espalda y te enredes en mi pelo. Podría así contarte algo nuevo que no sepas. Pero no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario