viernes, 1 de junio de 2012

¿Quién quiere tener una historia de amor, tenindo una como la nuestra?


Sí, todo era bonito, era como esas historias de amor de las pelis, esas en las que los protagonistas se quedaban dormidos después largas horas tumbados uno al lado del otro sin parar de hablar mientras se acariciaban el pelo. Era exactamente así. Nosotros éramos los protagonistas y ese era el principio perfecto para una historia de amor. Lo tenía todo, tardes enteras sin parar quietos, si no estábamos matándonos a besos, nos estaríamos matando con la mirada. Las noches se hacían cortas sin parar de hablar, esos días dormir era lo de menos, podía tenerle a 5 centímetros de mi sin ningún tipo de miedo, tenía la certeza de que no se marcharía, no podría perdonarse perder el lujo de contemplar cómo me quedaba dormida después de las últimas palabras y caricias de la noche. No todo sigue igual, pero aún guardo en mi memoria ese principio perfecto de toda peli de amor, ahora sólo falta ver el final, ese final que tanto se ansía en toda película.


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