miércoles, 10 de octubre de 2012

culpan a los demás de sus propios fallos



No tengo miedos, tampoco dudas. Sé perfectamente cual es "mi gente". Sé de maravilla en quién debo confiar y quien me la clavaría por la espalda nada más que me diese la vuelta. Sé claramente quien daría todo por mí, y quien no daría lo más mínimo. Sé perfectamente quien me valora, y también conozco de sobra a la gente que no tiene las narices suficientes para decir las cosas como hay que decirlas, a la cara. ¿Conclusión? Quien me quiera perfecto, yo le querré más aún. Apostaré todo con esa persona, y saldremos ganando. Y quien no, no os preocupéis, que para ustedes no estaré ahí

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