Te diré que voy tirando, fingiré
que el tiempo todo lo curó. Porque a nosotros no nos separa la distancia. Los
dos sabemos que la culpa la tiene el orgullo. Tú, que tanto predicas con el
ejemplo... Te recuerdo que los dos acabamos siendo esclavos de nuestras
palabras. Yo de mis "te quiero", y tú de tus silencios. Y cuentan que
a veces los silencios son los que más hablan, pero los tuyos ya no me dicen
nada. Lo dejan todo lleno de vacíos... que nadie es capaz de llenar.
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