Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Gran verdad. Pero es más ridículo tener a alguien ahí, todos los días, a todas horas, en todo momento, en todo lo malo, y no darse cuenta. Aunque lo pasa peor la persona que tiene que estar ahí, aguantando cualquier cosa, ayudándole, apoyándole, escuchándole, aconsejándole . Mientras la otra persona no se da cuenta de que estás ahí sí o sí, que nunca te has ido, ni lo harás, que te importa, que le quieres. Eso es peor que perder a alguien, aunque de esa manera tampoco le tienes. Te dice que sí, que te quiere, que no ha cambiado nada, que gracias, que siempre estarás ahí. Pero luego pasa de ti como de la mierda, quedas de segundo plato y entonces a ti, a ti que te den... Y así van pasando un par de días, incluso alguna que otra semana. Y ahí sigues tú, intentando mantener algo que ya crees perdido. Sin embargo sigues luchando, pase lo que pase, por encima de todo. Hasta que llegue el día y decidas rendirte, decidas dejar de ser su segundo plato, en el que se apoya cuando se enfada con los demás, decides ignorarle por completo. Ni ayudas. Ni te quiero. Ni si quiera un lo siento. Pero sabes que ese día no va a llegar, porque quizás esa persona te importa mucho más de lo que se imagina, quizás sea imposible olvidar a alguien así, y a todo esto, no hay nada imposible. Pero es la realidad,y hay que aceptarla.
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